Con teatro lleno empezó anoche el Festival Coral Internacional de Medellín. En la acogedora sala de la Cámara de Comercio, ubicada en el centro de la ciudad, el Ensamble Vocal de Medellín, anfitrión de esta fiesta coral desde hace 24 años, y el coro de la Universidad de Guadalajara hicieron sonar sus voces frente a un público ávido canto.
Jorge Hernán Arango, director del Ensamble Vocal y gestor del encuentro empezó diciendo “qué bueno que tenemos Festival hoy, qué bueno que volvemos a encontrarnos, qué bueno que tenemos tantos coros con nosotros”. Y, a continuación, pese a un incómodo cuello ortopédico, pero, a la vez, haciendo caso omiso de él, comenzó con un repertorio de canciones populares que la platea celebró, una tras otra. Hubo tango, vallenato, Beatles y término con una canción de Madona que el coro incorporó a su repertorio gracias a la sugerencia de dos músicos asiáticos. Jorge Hernán hizo el arreglo para coros y anoche fue parte del inicio del Festival. Antes de cerrar la intervención del Ensamble, dijo también que el Festival de este año estaba dedicado a doña Maria Piedad, fallecida el 8 de septiembre y madre de Liliana Klinkert, una de las voces fundamentales del Ensamble Vocal.
En una armónica combinación de voces, Medellín y Guadalajara interpretaron Juramento, una canción cubana popularizada por Compay Segundo. Con esta pieza compuesta por Miguel Matamoros, el Coro de la Universidad de Guadalajara dio inicio su muy celebrada participación que incluyó una cumbia colombiana, a manera de homenaje al país que lo acoge.
La directora del coro tapatío, Wilmia Verrier Quiñones, dijo que Medellín podría estar orgullosa por todos los coros que tiene y que 36 coros participantes en el Festival, además de los internacionales, es digno de destacarse. Hoy sigue la fiesta del canto coral con 9 conciertos, todos gratuitos, dos de ellos en instituciones educativas, motivados por el interés de gestar nuevos amantes de la música coral. (MM)
